
El maestro bolivariano debe fomentar el análisis y la crítica de los conocimiento, teorías y técnicas, el dialogo, la discusión y creación de nuevas alternativas de solución de problemas sociales, pero debe también promover el trabajo social voluntario, el contacto con el entorno, con la realidad social, eso es lo que llevará al nuevo republicano y nueva republicana a la toma real de conciencia social, teniendo conocimiento por vivencia propia de la realidad social que los rodea, siendo esto la máxima expresión de la conciencia social.
El pensamiento Martiano da vida al cuarto y último pilar de la Educación Bolivariana, que no es otro sino Aprender a reflexionar, una vez consolidados los tres primeros pilares, y habiendo logrado que el nuevo republicano y republicana tenga sentido crítico, reflexivo, participativo, con conciencia y compromiso social, solidario, cooperativo, que comprende que el conocimiento va más allá de la memorización y repetición de viejas teorías, que hizo de ellos ciudadanos sin capacidad de critica, de síntesis, de análisis, que los veto y los hizo temerosos de pensar; se hará un ser "reflexivo", pensante, que trasciende el aprendizaje de informaciones, capaz de engendrar nuevos escenarios, de nuevas alternativas, transformando el pensamiento volviéndolo critico y creativo y dejara de ser una simple copia de viejos paradigmas.
Este nuevo republicano Aprende a conocer apropiándose del proceso de avance y desarrollo de la ciencia, de la tecnología, así como los elementos correspondientes a su cultura local, regional, nacional e internacional, en forma reflexiva, con criterio propio enriqueciéndolos y siendo transformador de ideas en búsqueda del beneficio de la comunidad donde se desenvuelve.
La Educación bolivariana, como concepción y como práctica, no puede entenderse con un significado homogéneo e invariable sino como un concepto histórico, con tendencias y contenido para la normalización y el disciplinamiento o una herramienta potenciadora de las capacidades creativas para la emancipación de hombres y mujeres.


El maestro y la maestra juega un papel muy importante en la puesta en funcionamiento del Sistema Educativo Bolivariano, debe resaltarse que este debe ser un modelo de liderazgo, ellos son el modelo a seguir, por lo tanto deben ser íntegros si quieren formar individuos íntegros, deben estar cargados de valores, de ética, debe sentir amor por sí mismo, por todas y todos los que le rodean, por su comunidad, por la escuela, por sus estudiantes, debe fomentar el respeto, la armonía, la comunicación.
Debe estar abierto a experiencias nuevas, dar espacio al debate, a la discusión, al análisis, a la crítica, a la reflexión, debe fomentar la participación de sus estudiante, haciéndoles ver la imperiosa necesidad que tenemos de dejar de ser sujetos pasivos, copias de viejos paradigmas, que es necesario que comencemos a ser auténticos, originales.
Como buen líder, fomenta el respeto en el grupo, dirige las reuniones con las familias y la comunidad, promueve el trabajo en colectivo, no reprocha, ni discrimina a sus estudiantes, los admira por ser seres humanos, los valora y los cuida como sus más grandes tesoros porque ellos, son los nuevos republicanos y las nuevas republicanas. Ahora cabe preguntarse ¿contamos con suficientes maestros con este perfil?¿las universidades están formando estos maestros?. El éxito de este currículo radica en muchas cosas pero una de las principales es la capacidad de los maestros de cubrir el perfil que se les pide, dejar de ser aquel que se alegra cuando se pierde clase, que no planifica clase, que le falta el respeto a sus estudiantes, que habla mal de sus compañeros de trabajo, por el bien de este proyecto esperamos que sí, por la Patria que se delineo en la CRBV, por la sociedad que necesitamos, por la recuperación de los valores y sobre todo por todas y todos los ciudadanos venezolanos.
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